miércoles, 14 de mayo de 2008

"TIEMPO AZUL"

Algunos minutos más o menos, Ya no me importan. A esta edad qué se puede perder? Mas al contrario, creo que puedo ganar un mundo que me hace ilusión descubrir, husmear.

La tos seca -de tantos cigarrillos fumados en bares- es más constante, más fuerte. Me raspa la garganta y no me deja dormir. Sí, ahí tienes la respuesta a mi cansancio, a mi mirada opaca. Estoy débil y frágil. Me siento más pequeño e indefenso pero sin miedos. Eso es bueno, dirás. Yo también lo creo, es decir, es bueno para mí aunque otros asuman de varias maneras el dolor que yo me atrevo a ignorar.

No, no te pongas triste. Me gusta ver los amaneceres y buscarte. Despedirme cuando irradia el sol. Y así, con la mano extendida quedo por un instante hasta que el primer rayo dorado me cierra los ojos. Me acerco a la mesa y cansado y más viejo, me fumo otro cigarro y tomo el té frío que tanto me gusta. Preguntarás: y qué pasó con el café?. Pues es muy simple, mujer, ya no me gusta. Motivos, no los tengo, pero certeza sí, no me gusta.

El domingo pasado, entre noches enteras sin poder dormir y caminatas por el balcón, paseos por el jardín y aullidos de perro a la luna...me puse a pintar tu retrato en una hoja del árbol de higo que plantaste cuando tenías nomás de 10 años. Pero como sabes, los dibujos nunca me salen bien. Pero no te preocupes, entre una tacita de té con limón y un cigarro negro escribí algo para vos:

Te vi llegar
Toda vestida de blanco
Irradiando belleza
Y juventud a tu paso
Un tierno perfume de primavera
Una mirada de ángel
Una estrella fugaz en el pelo
Y una media luna de sonrisa en tu rostro
Recogías margaritas y azucenas a tu paso
Y dejabas un caminito de hojas secas
Te ibas en busca del tordo o el ruiseñor
Jugueteando con las hormigas y escarabajos
Silbando, saltando, corriendo..
Extendías los brazos y volabas en aquel mágico paraíso de la niñez
Y mientras tanto, yo,
Esperándote con la misma tranquilidad con la que espero ahora
Mi pequeña, mi chiquita de ojos color noche
Pasa el tiempo y aún te veo corretear por el patio
Detrás de los árboles,
Convertida en flor
Convertida en golondrina
O simple abejita voladora
U hoja desprendida de su rama
Siempre tú…
Siempre coqueta…
Danzando por los pasillos de casa
Y pintando las extrañas y frías paredes que te acorralaban
Tiempo feliz, de la niñez…
Cuántas historias quisiera escribir esta noche
Pero vos, mi pequeña, mi chiquita
Continuarás con los recuerdos y desde el mismo cielo
Al contemplarlo
Te lloverán gotitas de cortas historias y construirás la nuestra…

1 comentario:

MadelCarmen Vargas dijo...

Hermoso.
(sonrisas y silencios)